Una tarde de esas

Con la singularidad de su quietud y la algarabía de sus olas, lo impactante de su nitidez, simplemente fue una visita genial a esta playa escondida detrás de un camino intransitable en invierno y que aún en varano nos costó recorrer.
Es un lugar para volver cuando soplen mejores los vientos y que aún los amigos caminen con ánimo de seguirte o de que les sigas. El tiempo pasa y cada vez se alterna más lejano el pasado diluyendose en recuerdos de planes olvidado. 

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