23 de mayo del 2020
¡Pues que te diré! Los jalones de orejas no me nusgan, y creo que de los que conozco, a ninguno le gusta. Eso de que me vengan a disciplinar, pues, no, noe gusta. Pero que interesante, como seres humanos si nos gusta el cuidado y la atención que nos brinden, nos gusta la ayuda que "no nos estorbe", nos gusta la motivación que no nos haga cabir de dirección. Y así sumativamnete. El problema es que la corta visión de lo terrenal por muy everstica que parezca, es muy limitada, se hace pues necesaria la disciplina. Y, mi querido lector, Dios es maravillosamente experto en la disciplina de los ama.
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
Hebreos 12:11 RVR1960
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