La visita de una pequeña avecilla... Ella está irritada contra el reflejo de su imagen en el vidrio de la ventana. Se imagina, supongo, un adversario, un usurpador de su territorio... Solo espero que no se lastime.
Con la singularidad de su quietud y la algarabía de sus olas, lo impactante de su nitidez, simplemente fue una visita genial a esta playa escondida detrás de un camino intransitable en invierno y que aún en varano nos costó recorrer. Es un lugar para volver cuando soplen mejores los vientos y que aún los amigos caminen con ánimo de seguirte o de que les sigas. El tiempo pasa y cada vez se alterna más lejano el pasado diluyendose en recuerdos de planes olvidado.
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